Diez palabras tóxicas a eliminar
Las palabras son una de las fuentes de expresión más poderosas del ser humano. Con ellas logramos muchas cosas positivas, pero también podemos limitar nuestra vida. Por eso eliminemos o cuidemos el uso de estas diez palabras.
A veces no le prestamos atención a las palabras que usamos, pensamos que las utilizamos al azar dependiendo la ocasión, pero la verdad es que son como una huella verbal. Un estudio realizado en Ámsterdam indica que las personas introvertidas usan términos más concretos y específicos y usan un lenguaje más cauto lleno de ‘quizás’ y ‘probablemente. Y lo extrovertidos usan palabras más vagas y abstractas, pero son más directos cuando se trata de expresar sus deseos.
Sin duda las palabras tienen un poderoso impacto y modelan nuestro mundo. El diálogo que realizamos con nosotros mismos diseña nuestra verdad. Hay algunas palabras que sabotean nuestra felicidad o que te limitan.
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Culpa
Sentirse culpables es asumir que algo está mal en nosotros y que nuestras características de persona no son adecuadas, lo cual genera angustia existencial. En su lugar debemos usar frases como: “me arrepiento de lo que hice”, “asumo las consecuencias”, “me hago responsable”, lo que implica que nuestro comportamiento no fue correcto, pero no pensemos que hay algo terriblemente mal en nosotros.
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Fracaso
El fracaso no existe, son experiencias de vida que nos llevan a un camino u otro. Pareciera que si no encajamos con nuestras acciones, se asume que fracasamos, pero esto es un patrón social. Hablemos en términos de experiencias de vida.
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Deber
La palabra ‘deber’ es algo de lo que más fuerte nos atan, eso nos genera el sentimiento de culpa cuando no deseamos hacer algo. Usemos más el ‘quiero’, que el ‘debo’. El problema del ‘debo’ es que nos hace trabajar como autómatas. Busca lo que te apasiona y deja que las personas a tu alrededor también lo hagan.
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Imposible
Es importante ser realistas, sin embargo, recurrimos más veces a la palabra ‘imposible’ de lo que realmente tenemos que usar. El termino adecuado podría ser ‘improbable’. ‘Imposible’ es una palabra lapidaría. Nos cerramos a un mundo de oportunidades usando está palabra. Hay que pensar en términos de probabilidades.
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Odio
Es de las emociones más perversas que existen, sobretodo porque dañan a las personas que las experimentan. El odio existe no podemos eliminarlo. Lo que ponemos como odio puede ser rencor, frustración o tristeza. Usar la palabra odio es fomentar que este crezca. No dejes que te roben la paz.
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Siempre
La usamos normalmente cuando intentamos recriminar a alguien “siempre te comportas así” o cuando intentamos defender algo “yo siempre he sido así”. ‘Siempre’ es sinónimo de inmovilismo. Esta palabra no se adapta a la realidad. Hay que comprender que las cosas están en continuo cambio. Esta palabra esconde la terquedad, resistencia al cambio, aferrarse al pasada y negarse a la evolución. Hay que usar esta palabra con muchísima cautela.
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Nunca
Es una palabra inmovilista, no refleja fielmente la realidad, es reflejo de una visión rígida. Hay que mantenerse abierto al cambio, esto nos hará adaptarnos. La palabra ‘nunca’ la usamos cuando desconocemos el futuro, por eso se nos vuelve fácil utilizarla.
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Problema
Esta palabra la asociamos con cosas negativas como obstáculos y dificultades. Cuando la incluimos en nuestro dialogo interior, disparamos todas las alarmas de nuestro cerebro y generamos un estado de estrés y ansiedad. Podemos resignificarla y sustituirla por la palabra reto, son desafíos para cambiar algo. Resaltemos la oportunidad de tener desafíos.
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Algún día
Una meta sin fecha es un sueño. Las palabras “algún día” esconden el miedo al fracaso, el salir de la zona de confort o la falta de confianza en nuestras propias capacidades. Hagamos un plan de acción, antes de que se convierta en un ‘nunca’.
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Intentar
Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes. Intentarlo es que no estamos seguros, comprometidos y no que no somos lo suficientemente capaces. Hay que iniciar con una actitud positiva, las cosas algunas veces no salen como pensamos, pero el inicio positivo es bueno. La palabra ‘hacer’ implica poner todo lo que tenemos.