Metas
El éxito tiene sus bases en las Metas; todo lo demás son palabras. Todos los triunfadores están intensamente orientados a una meta. Saben lo que quieren y se concentran resueltamente en alcanzarlo, un día tras otro. Nuestra habilidad para fijarnos metas es la llave maestra para alcanzar el éxito. Establecer metas abre nuestra mente positiva y libera ideas y energía para alcanzarlas. En cambio, cuando no tenemos metas, únicamente nos dejamos arrastrar por las corrientes de la vida. Con metas, volamos como una flecha, directos y sin fallos, hasta nuestro objetivo.
La mayoría no se da cuenta de la importancia que tienen las metas. ¿Cuántos de tus amigos o familiares tienen unas metas claras y están entregados a alcanzarlas? Para empezar, muchas personas no saben cómo fijarse metas. Y lo peor es que piensan que ya tienen metas cuando lo que realmente tienen es una serie de deseos o sueños, como “Ser feliz”, “Hacer mucho dinero” o “Tener una vida familiar agradable”. Pero estas no son, en absoluto, metas. Son meras fantasías comunes a todo el mundo. Aunque una meta parte de un deseo, es absolutamente diferente de este. Una meta es algo claro, escrito y específico. Se puede describir con rapidez y facilidad a otra persona. Se puede medir y se sabe cuándo se ha alcanzado y cuándo no se ha alcanzado.
Aquí encontrarás una síntesis de las 21 ideas y estrategias para lograr todo lo que te propongas. Descubrirás que no hay límites a lo que puede alcanzar, salvo los que tu mismo impongas a tu propia imaginación. Y, dado que no hay límites a lo que podemos imaginar, tampoco los hay a lo que podemos conseguir. Este es uno de los mayores descubrimientos. Según Confucio: “Un viaje de mil leguas empieza con el primer paso”.
Estrategias prácticas para determinar y conquistar tus objetivos
1. Libera tu potencial. Nuestro potencial innato es extraordinario. En este momento, tienes, en tu interior, la capacidad necesaria para alcanzar casi cualquier meta que puedas fijarte. Tu máxima responsabilidad hacia ti mismo es invertir el tiempo que sea preciso para llegar a saber con total claridad qué quieres y cuál es el mejor medio para conseguirlo. Cuanta mayor claridad tengas respecto a tus auténticas metas, más potencial liberarás, de forma definitiva, en tu vida. Somos felices cuando hacemos algo que nos conduce hacia algo que queremos. Así pues, las grandes preguntas son “¿Cuáles son nuestras metas?”, “¿Qué propósitos queremos alcanzar?”, “¿Dónde queremos acabar al final del día?”.
Todas las religiones, todas las filosofías, la metafísica, la psicología y el éxito, en resumidas cuentas, vienen a decir lo siguiente: te conviertes en lo que piensas la mayor parte del tiempo. Nuestro mundo exterior acaba siendo un reflejo de nuestro mundo interior, que nos devuelve la imagen de lo que pensamos. Cualquier cosa en que pensemos de forma continuada aflora a nuestra realidad. Miles de triunfadores piensan, la mayor parte del tiempo, en lo que quieren y en cómo conseguirlo.
2. Toma las riendas de tu vida. Cuando aceptamos la plena responsabilidad de nuestra vida, damos un paso de gigante que nos lleva de la infancia a la adultez. Una vez que hayas decidido aceptar la total responsabilidad de ti mismo, de tu situación y de todo lo que te sucede, puedes pasar a ocuparte confiadamente de tu trabajo y de los asuntos de tu vida. Te conviertes en “dueño de tu destino y capitán de tu alma”.
Solo cuando te liberes de las emociones negativas, asumiendo tu total responsabilidad, podrás empezar a fijar y alcanzar metas en todos los aspectos de tu vida. Solo cuando seas libre, mental y emocionalmente, podrás empezar a canalizar tus energías y tu entusiasmo hacia delante. Sin la aceptación de tu total responsabilidad personal, no es posible ningún progreso. En cambio, una vez que hayas aceptado la responsabilidad absoluta de tu vida, no hay límites a lo que puedes ser, hacer y tener. A partir de este punto, ve y piensa en ti mismo como dueño y señor de tu propio destino, absolutamente al mando de tu propia vida. Vete a ti mismo como presidente de tu propia corporación de servicios personales, alguien poderoso, totalmente decidido y dirigido por ti mismo.
3. Crea tu propio futuro. En más de tres mil trescientos estudios de líderes llevados a cabo a lo largo de los años, se destaca una cualidad especial, una única cualidad que todos los grandes líderes tienen en común. Es la cualidad de la visión. Antes he dicho que el descubrimiento más importante de la historia humana es que nos convertimos en lo que pensamos la mayor parte del tiempo. Entonces, ¿en qué piensan los líderes la mayor parte del tiempo? La respuesta es que piensan en el futuro, a dónde van y qué pueden hacer para llegar allí. A esta cualidad de liderazgo la llamamos orientación al futuro. Los líderes piensan en el futuro y en qué quieren lograr y a dónde quieren llegar, en un momento dado del futuro. Los líderes piensan en qué quieren y qué pueden hacer para conseguirlo. Lo bueno es que en cuanto empecemos a pensar en nuestro futuro, empezamos a pensar como los líderes y pronto recogeremos los mismos resultados que ellos.
La planificación estratégica personal debe empezar con una visión de tu vida a largo plazo. Debe empezar practicando la idealización en todo lo que haces. En el proceso de idealización, crea una fantasía propia a cinco años y empieza a pensar en qué aspecto tendrá tu vida dentro de cinco años si fuera perfecta en todos los sentidos. El mayor obstáculo en la fijación de metas son “las convicciones autolimitadoras”, que actúan en terrenos donde tu crees estar limitado de alguna manera. Si combinas la idealización y la orientación hacia el futuro, cancelas o neutralizas ese proceso de autolimitación. Luego miras al punto donde estás y hazte la siguiente pregunta: ¿qué tendría que pasar a partir de este momento para que yo alcanzase todas mis metas en un momento del futuro?
4. Aclara tus valores. La vida se vive de dentro hacia afuera. El núcleo de nuestra personalidad son nuestros valores. Nuestros valores son los que hacen de nosotros quienes somos. Todo lo que hacemos en el exterior está dictado y determinado por nuestros valores interiores, sean estos claros o confusos. Cuanta mayor claridad tengamos respecto a nuestros valores interiores, más precisos y efectivos serán nuestros actos exteriores. Puedes imaginar tu personalidad pensando en una diana que tiene cinco círculos concéntricos. En el círculo del centro se encuentran tus valores; estos determinan el siguiente círculo, que son tus convicciones, que a su vez determinan el tercer anillo de tu personalidad, tus expectativas; en el cuarto nivel se encuentra tu actitud y, por último, tus actos. Tus actos externos serán, en última instancia, un reflejo de tus más íntimos valores, convicciones y expectativas. Por esa razón, lo que consigas en la vida y en el trabajo estará más determinado por lo que sucede en tu interior que por cualquier otro factor.
Nuestras metas deben ser congruentes con nuestros valores y nuestros valores deben ser congruentes con nuestras metas. Para aclarar nuestros valores es indispensable que reflexionemos sobre qué es verdaderamente importante en nuestra vida. Luego tenemos que organizar toda nuestra vida en torno a esos valores. Cualquier intento de vivir en el exterior de una manera que contradiga los valores que hay en tu interior te causará estrés, negatividad, infelicidad, pesimismo e, incluso, ira y frustración. La primordial responsabilidad que tienes hacia ti mismo en la creación de una vida magnífica es, por lo tanto, que tus valores estén absolutamente claros en todo lo que hagas.
5. Define tus verdaderas metas. Es absolutamente esencial contar con un deseo intenso y ardiente para poder superar los obstáculos y alcanzar grandes metas. Para que tu deseo sea lo bastante intenso, es preciso que tus metas sean puramente personales. Deben ser metas que tú elijas por ti mismo, en lugar de metas que alguien quiere para ti o que tú quieres conseguir para agradar a alguien. En la fijación de metas, para que el proceso sea efectivo, debes ser absolutamente egoísta respecto a lo que realmente quieres para ti mismo. Esto no significa que no haga cosas para los demás, tanto en casa como en el trabajo. Lo único que significa es que, al fijarte metas para tu propia vida, empiece por ti mismo y avances desde ahí.
Para definir tus verdaderas metas imagínate que no tienes limitación alguna para hacer lo que deseas. Y elabora sobre esa idea una lista de sueños. Haz una lista de, por lo menos, cien metas que te gustaría alcanzar a lo largo de tu vida y, a continuación, imagina que tienes todo el tiempo, el dinero, los amigos, las capacidades y recursos necesarios para alcanzarlas. Permítete soñar y fantasear. Anota todo lo que te gustaría tener si no tuvieras restricción alguna. Ten esto en mente y anota cuáles son en este momento tus tres metas más importantes en la vida. Cuáles son tus tres problemas o preocupaciones más grandes. Qué cambiarías en tu vida de forma inmediata si mañana ganaras un millón de dólares, en efectivo y libres de impuestos. Cómo pasarías el tiempo si solamente te quedaran seis meses de vida. Qué querrías de verdad hacer con tu vida si no tuvieras ninguna limitación. Piensa en todas estas cuestiones para definir tus verdaderas metas en la actualidad y recuerda la importancia de la claridad en todo lo que hagas y pienses.
6. Define cuál es tu primer propósito claro. Tu primer propósito claro puede definirse como la meta que tiene la máxima importancia para ti en este momento. Es la meta que te ayudará, más que cualquier otro factor, a alcanzar más de tus otras metas. Este propósito debe tener las siguientes características: debe ser algo que tú quieras, de verdad, personalmente; debe ser claro y específico, debes poder definirlo con palabras; debe ser medible y cuantificable; debe ser creíble y realizable; debe tener unas probabilidades de éxito razonables, quizá del 50 % al empezar; tu propósito más importante debe estar en armonía con tus otras metas.
Cuanto más pienses en tu primer propósito y en cómo alcanzarlo, más activará la Ley de la Atracción en tu vida. Empezará a atraer personas, oportunidades, ideas y recursos que te ayudarán a avanzar con mayor rapidez hacia tu meta y que te acercarán esa meta con mayor rapidez hacia ti. Por la Ley de la Correspondencia, tu mundo exterior de experiencias se corresponderá y armonizará con tu mundo interior de metas. Cuando tengas un propósito claro en el que pienses, hables y trabajes todo el tiempo, tu mundo exterior lo reflejará como si fuera un espejo. Además, un propósito claro activa tu mente subconsciente en tu beneficio. Cualquier idea, plan o meta que puedas definir con claridad en tu mente consciente empezará, de forma inmediata, a ser llevada a la realidad por tu mente subconsciente (y por tu mente supraconsciente).
7. Analiza tus convicciones. Quizá la más importante de todas las leyes mentales es la Ley de la Convicción. Esta ley dice que cualquier cosa que creamos con convicción se convierte en realidad. No creemos lo que vemos, vemos aquello en lo que ya creemos. En realidad, contemplamos nuestro mundo a través de un cristal de creencias, actitudes, prejuicios e ideas preconcebidas. Tu concepto de ti mismo es el programa maestro de tu computadora mental. Es el sistema operativo básico. Todo lo que logres en el mundo exterior será el resultado del concepto que tenga de ti mismo.
En psicología y metafísica, la Ley de la Reversibilidad dice: “Es más probable que te obligues a actuar para sentir de una forma dada que lo es, que te obligues a sentir para actuar de esa forma”. Esto significa que, al principio, quizá no te sientas como el gran triunfador que deseas ser. No tendrás la seguridad en ti mismo que se derive de un historial de éxitos. Con frecuencia, dudarás de tu propia capacidad y temerás el fracaso. Sentirás que no eres lo bastante bueno, todavía no, por lo menos. Pero si “actúa como si” ya fueras la persona que deseas ser, con las cualidades y el talento que deseas tener, tus actos generarán los sentimientos que los acompañan. En realidad, te obligarán a actuar para sentir de la manera que quieres sentir debido a la Ley de la Reversibilidad.
8. Comienza por el principio. Imagina que te dispusieras a atravesar un país de un extremo al otro. El primer paso que darías sería elegir tu destino y luego mirar un mapa para determinar cuál es el mejor medio de llegar allí. Cada día, antes de ponerte en marcha, te situarías en el mapa, mirando en qué lugar estás y qué lugar quieres alcanzar en las próximas horas. La vida es algo muy parecido. Una vez que hemos decidido cuáles son nuestros valores, visión, misión, propósito y metas, el siguiente paso es analizar el punto de partida. Exactamente, ¿dónde estás hoy y qué tal te va en cada uno de los aspectos importantes de tu vida, especialmente en lo que se refiere a tus metas?
Hay que enfrentarse a los hechos exactamente tal como son antes de tratar de resolver un problema o tomar una decisión. Abraham Maslow escribió que la primera cualidad de la persona que se autorrealiza es la capacidad de ser absolutamente sincera y objetiva consigo misma. Lo mismo vale para ti. Si quieres ser lo mejor que puedes ser y alcanzar lo que sea auténticamente posible para ti, debe ser despiadadamente honrado contigo mismo y respecto a tu punto de partida. Debes sentarte y analizarte con todo detalle, para decidir exactamente dónde estás hoy en cada aspecto de tu vida.
9. Mide tus progresos. Cuando te fijes metas y empieza a avanzar hacia ellas. Es esencial que establezcas una serie de hitos o mediciones que puedas usar para evaluar tus progresos, de día en día y de hora en hora. Cuanto más claras y específicas sean las mediciones que establezcas, con mayor precisión acertarás en tus objetivos en el momento previsto. Una de las medidas más útiles que podemos aplicar a nuestra propia carrera profesional es fijar puntos de referencia y crear marcadores, mediciones y fechas límite para cada tarea clave que debamos completar a fin de avanzar hacia una de nuestras metas. De esta forma, activamos y forzamos a nuestro sistema subconsciente. Este sistema, a su vez, nos motivará y empujará, a un nivel inconsciente, a empezar más temprano, trabajar más, quedarnos hasta más tarde y conseguir hacer la tarea.
A veces, nos preguntamos: ¿y si me fijo un plazo y, cuando llega esa fecha, no he alcanzado la meta? Es sencillo. Fíjate otro plazo y luego otro, si es necesario. Las fechas límite son “cálculos” aproximados de cuándo acabaremos una tarea. Cuantas más veces fijes fechas y más trabajes para alcanzarlas, más preciso llegarás a ser en la predicción del tiempo necesario para completarlas. Cada vez serás mejor, de forma habitual, en la consecución de tus metas y la compleción de tus tareas dentro del plazo.
10. Elimina los obstáculos. Recuerda: “Nos convertimos en aquello que pensamos la mayor parte del tiempo”. En el campo de los problemas y dificultades, los triunfadores tienen una forma particular de pensar que llamamos “orientada a las soluciones”. Los triunfadores piensan en las soluciones la mayor parte del tiempo. Las personas orientadas a las soluciones buscan, sin cesar, maneras de superar, orillar o saltar por encima de los obstáculos que les impiden el paso. Entre tú y cualquier cosa que quieras conseguir, encontrarás siempre problemas y obstáculos de algún tipo. Esa es la razón de que, a veces, se diga que el éxito es “la capacidad de resolver problemas”. El liderazgo personal es la capacidad de resolver problemas, como también lo es la eficacia. Todos los hombres y mujeres que consiguen algo importante son personas que han cultivado la capacidad de solucionar los problemas que se interponen entre ellos y sus metas.
Por fortuna, resolver problemas es una técnica, es decir, algo que se puede aprender. Cuanto más te centres en solucionar algo, más y mejores soluciones se te ocurrirán. La regla del 80/20 es aplicable a las limitaciones que hay entre nosotros y nuestras metas. Esta regla dice que el 80 % de nuestras restricciones está dentro de nosotros. Solo un 20 % está fuera de nosotros, en otras personas o situaciones. Para decirlo de otra manera, solemos ser nosotros, personalmente, el principal impedimento que determina la rapidez con la que alcancemos cualquier meta que nos fijemos. Por tanto, los principales obstáculos entre tus metas y tu suelen ser mentales. Son de carácter psicológico y emocional. Están en tu interior en lugar de en la situación que te rodea. Y es por esos obstáculos mentales por los que debes empezar si quieres alcanzar todo lo que te es posible.
11. Conviértete en experto en tu campo. Una característica de los triunfadores es que, en un momento dado de su vida profesional, decidieron “comprometerse con la excelencia”. Decidieron ser los mejores en lo que hacían. Decidieron pagar cualquier precio, hacer cualquier sacrificio e invertir cualquier cantidad de tiempo que fuera necesaria para llegar a ser muy buenos en el campo que habían elegido. Como resultado de esta decisión, se apartaron de la masa de quienes tenían un rendimiento medio y ascendieron a la categoría de ingresos donde hoy ganan tres, cuatro, cinco y diez veces más que sus compañeros que no asumieron ese compromiso.
Todos los conocimientos empresariales pueden aprenderse. Los que lo hacen mejor en algún campo de los negocios aprendieron los conocimientos esenciales, combinados con otros, antes que tú. Si no estás logrando lo que otros logran, eso significa, simplemente, que todavía no has aprendido los conocimientos necesarios. ¿Será fácil? Por supuesto que no. Todo lo que vale la pena exige mucho tiempo y trabajo. Pero es posible, si lo deseas con la suficiente fuerza y estás dispuesto a trabajar durante el tiempo suficiente. Y una vez que lo hayas conseguido, valdrá cada minuto de esfuerzo que hayas hecho.
12. Asóciate con las personas adecuadas. Todo, tanto en la vida como en los negocios, es relación. Todo lo que alcancemos o no logremos alcanzar estará estrechamente ligado, de una u otra manera, a otras personas. Nuestra capacidad para cultivar las relaciones acertadas con las personas adecuadas en todas las etapas de nuestra vida, personal y profesional, será el determinante crítico de nuestro éxito y nuestros logros y tendrán un efecto extraordinario en la rapidez con que alcancemos nuestras metas. Cuantas más personas conozcas y te conozcan de forma positiva, más éxito tendrás en cualquier cosa que intentes. Una única persona, en el momento y lugar oportunos, puede abrirte una puerta que te cambie la vida y te ahorre años de arduo trabajo.
Has cuestión de principio relacionarte con la clase de personas que te gustan, a las que admiras, respetas y quieres parecerte en el futuro. Relaciónate con la clase de personas a quienes tomas como ejemplo y que te sentirías orgulloso de presentar a tus amigos y compañeros. La elección de un grupo de referencia, positivo y orientado a una meta, puede hacer más para llenar de energía tu carrera que cualquier otro factor.
13. Elabora un plan de acción. Todos los triunfadores trabajan a partir de planes escritos. Los grandes logros de la humanidad, desde la construcción de las pirámides hasta las grandes operaciones industriales de la era moderna, fueron precedidos y acompañados por unos planes detallados, cuidadosamente elaborados y pensados desde el principio al final... antes de empezar. De hecho, cada minuto dedicado a la planificación ahorra diez en la ejecución. Cada minuto que pases planificando y pensando antes de empezar te ahorrará tiempo, dinero y energía en la consecución de los resultados que deseas.
No hay ningún plan que sea perfecto al crearlo. La mayoría de planes encaminados a conseguir algo nuevo fracasan una y otra vez, al principio. Es de esperar. Tu capacidad para aceptar las reacciones y corregir tu plan de actividad es vital para tu éxito. Pregúntate constantemente: “¿Qué funciona?”, “¿Qué es lo que no funciona?”. Presta más atención a lo que es acertado que a quien tiene razón. Siempre que tu plan no funcione, relájate, respira hondo y vuelve a empezar.
14. Administra bien tú tiempo. Para alcanzar todas tus metas y llegar a ser todo lo que eres capaz de ser, debes controlar el tiempo. Los psicólogos suelen estar de acuerdo en que “la sensación de control” es la clave de los sentimientos de felicidad, confianza, poder y bienestar personal. Y esa sensación de control únicamente es posible cuando practicamos técnicas excelentes de gestión del tiempo. Lo bueno es que saber administrar el tiempo es una técnica y, como cualquier otra técnica, se puede aprender. Por desorganizado que hayas sido en el pasado o cuánto hayas tendido a dejar las cosas para mañana o quedar atrapado en actividades de poco valor, puede cambiar. Puedes llegar a ser una de las personas más eficientes, eficaces y productivas en tu campo aprendiendo cómo otros han pasado de la confusión a la claridad y de la frustración a la concentración. Por medio de la repetición y la práctica, puedes llegar a ser una de las personas más orientadas a conseguir resultados en tu campo.
La herramienta básica de la administración del tiempo es una lista, organizada por orden de prioridades y utilizada de forma constante para administrarnos. La verdad es que no se puede administrar el tiempo: solo nos podemos administrar a nosotros mismos. Por esa razón, la administración del tiempo exige autodisciplina, autocontrol y autodominio. La gestión del tiempo nos exige que elijamos y decidamos lo mejor para aumentar la calidad de nuestra vida y nuestro trabajo. Y que luego llevemos a cabo lo que hemos decidido.
15. Revisa tus metas a diario. Algunos autores recomiendan anotar y revisar nuestras metas una vez al mes, otros una vez a la semana. Lo que yo averigüé fue el poder que tiene escribir y volver a escribir mis metas cada día y todos los días. Esta es la técnica: Busca un cuaderno con espiral que puedas llevar contigo en todo momento. Cada día, abre el cuaderno y escribe una lista de entre diez y quince de tus metas más importantes, sin consultar la lista anterior. Hazlo cada día, uno tras otro. Cuando lo hagas, sucederán varias cosas sorprendentes. El primer día que escribas tú lista de metas, tendrás que pensar y reflexionar. La mayoría de personas no ha hecho nunca, en toda su vida, una lista de sus diez metas más importantes.
El segundo día que redactes tu lista, sin referirte a la del primer día, será más fácil. No obstante, tus metas, entre diez y quince, cambiarán, tanto en su descripción como en su orden de prioridad. A veces, una que anotaste el día anterior no aparecerá el siguiente. Puede que incluso quede olvidada y no vuelva a aparecer. O quizá reaparezca más adelante, en un momento más oportuno. Cada día que pongas por escrito tu lista de diez a quince metas, tus definiciones serán más claras y concretas. Con el tiempo, descubrirás que escribes las mismas palabras cada día. Tu orden de prioridades también cambiará según cambie la vida que te rodea, pero después de unos treinta días, descubrirás que escribes y vuelves a escribir las mismas metas cada día.
16. Visualiza tus metas continuamente. Los triunfadores son quienes visualizan la clase de acontecimiento que quieren disfrutar por adelantado. Antes de cualquier nueva experiencia, la persona de éxito visualiza otras experiencias anteriores similares a la que se avecina. Un vendedor afortunado visualizará y recordará ofertas de venta que se vieron coronadas por el éxito. Un abogado de éxito visualizará y recordará su actuación en el tribunal durante un pleito que ganó. Un médico o cirujano de éxito visualizará y recordará su acertado tratamiento de un paciente en el pasado.
En esencia, controlamos el moldeado de nuestra personalidad y carácter mediante las imágenes mentales en que nos concentramos una hora tras otra y un minuto tras otro. Al cambiar esas imágenes mentales, cambiamos nuestro modo de pensar, sentir y actuar. Cambiamos nuestro modo de tratar a otras personas y la manera en que ellas reaccionan ante nosotros. Cambiamos nuestro rendimiento y nuestros resultados. Podemos, realmente, rehacernos a imagen de la mejor persona que podemos imaginar ser. Todo esto forma parte del uso constructivo de la visualización.
17. Activa tu mente superconsciente. A lo que Sigmund Freud llamó el superego, la tercera dimensión del pensamiento, Ralph Waldo Emerson le dio el nombre de oversoul(‘superespíritu’). Alfred Adler, alumno de Freud, lo llamó el inconsciente colectivo y Carl Jung, que se apartó de Freud, lo llamó Supra Consciente. Napoleon Hill se refería a él como inteligencia infinita y decía que, prácticamente, todos los máximos triunfadores de Estados Unidos la usaban continuamente en su trabajo y le asignaba el mérito de los más importantes descubrimientos y logros. El psicólogo italiano Roberto Assagioli y otros hablan de la Mente superconsciente o la Mente de Dios. Con independencia de cómo lo llamemos, es un gran poder universal al que podemos acceder en cualquier momento para alcanzar cualquier meta que queramos de verdad, siempre que la deseemos intensamente y durante un tiempo y con fuerza suficientes.
La mente superconsciente explica dos fenómenos que experimentamos de forma regular a lo largo de la vida, la serendipia (hallazgo afortunado y de manera accidental) y el sincronismo. Cuanto más use su mente superconsciente, con mayor frecuencia disfrutará de estas dos experiencias maravillosas. La primera es la virtud de hacer hallazgos afortunados según avanzamos en la vida. Siempre que tengas una meta clara, que visualizas de forma continua y trabajas cada día para conseguirla, en tu vida surgirán experiencias y acontecimientos inesperados, cada uno de los cuales parece ayudarte a alcanzar tus metas con mayor rapidez. Puede que te tropieces con un artículo en una revista o que alguien te comente algo que tú no sabías. Incluso puedes encontrar, cambiando de programas en la Televisión, un programa que tiene exactamente la idea o intuición que necesitas para resolver un problema o responder a una pregunta clave. Con frecuencia, tendrás un revés o un fracaso temporal que resultará ser exactamente lo que necesitabas que pasara en ese momento.
18. Permanece flexible en todo momento. Para ser una persona flexible debes estar constantemente abierto, alerta ante ideas nuevas, información y conocimientos que puedan ayudarte o perjudicarte en tu negocio o en la consecución de tus metas. Una idea nueva puede ser suficiente para hacer o destruir una fortuna. Una idea puede ponerte en el camino hacia la riqueza o apartarte de él. Información, en el momento oportuno, puede ahorrarte una enorme cantidad de tiempo, problemas y dinero. La falta de información puede costarte una fortuna.
Hay tres declaraciones que puedes aprender y repetir, una y otra vez, para seguir siendo flexible en tiempos turbulentos. Son las siguientes: “Estaba equivocado”, “He cometido un error” y “He cambiado de opinión”. Es sorprendente la cantidad de tiempo, energía y dinero que se malgasta porque el ego de algunas personas es tan enorme que no pueden admitir que han cometido un error, aunque sea evidente para todos los que las rodean. Una vez que decimos: “Estaba equivocado” y “He cometido un error”, el problema está casi resuelto. A partir de ese momento, todo el mundo puede ponerse manos a la obra para solucionar el problema o alcanzar la meta; pero, mientras la persona clave no esté dispuesta a admitir que ha tomado el rumbo equivocado, todo queda detenido. No es debilidad, ni un fallo de carácter estar equivocado, cometer un error o cambiar de opinión. De hecho, en nuestros tiempos de cambios rápidos en los campos del saber, la tecnología y la competencia, es signo de valor, carácter y flexibilidad estar dispuesto a “cortar las pérdidas” con rapidez y practicar el “principio de realidad” en todo lo que hagas.
19. Libera tu creatividad innata. La creatividad es como un músculo: si no lo usamos lo perdemos. Igual que un músculo, si no ejercitamos nuestra creatividad y la ponemos a prueba de forma regular, se debilita y se vuelve ineficaz. Nuestra capacidad para generar ideas debe emplearse constantemente para mantenerla en condiciones óptimas. Afortunadamente, podemos empezar, en cualquier momento a explotar esa creatividad y usarla a un nivel más alto. Cada vez que usamos más nuestro poder cerebral, somos más capaces de pensar mejor y con mayor claridad.
Usa tu creatividad para desarrollar opciones y alternativas continuamente, con independencia de lo bien que le vayan las cosas en cada momento. Asegúrate de reflejar lo que piensas en un papel. Anótalo todo. Sucede algo entre el cerebro y la mano cuando tú escribes. Consigues una mayor sensación de claridad y comprensión respecto a las cuestiones de que se trate. Piensas mejor. Tu percepción es más aguda. Realmente serás más hábil y más creativo debido al acto mismo de anotarlo todo sobre la marcha y antes de tomar una decisión. Cada mañana toma una meta, reescríbela en forma de pregunta (ej.: “¿Qué he de hacer para conseguir dos horas más de trabajo productivo cada día?”) y genera veinte respuestas para ella. Luego, de inmediato, ponte en marcha y pon en práctica una de tus respuestas. Cuanto más practiques este ejercicio, más probable es que des con ideas innovadoras completamente inesperadas. Puedes necesitar varios días, o incluso semanas, antes de que el rayo de inspiración se produzca. Debes actuar con paciencia y determinación: la inspiración llegará.
20. Haz algo cada día. Actúa con prontitud y haz siempre más de lo que se espera de ti. Los triunfadores planifican sus días y horas, e incluso sus cuartos de hora con un gran cuidado. En todos los estudios realizados sobre esta cuestión, parece haber una relación directa entre una planificación estricta del tiempo y unos ingresos altos. Los profesionales mejor pagados de nuestra sociedad, de donde procede hasta un 25 % de los millonarios que se han hecho a sí mismos en Estados Unidos, son abogados, doctores y otros profesionales de la medicina. Todos gestionan su tiempo en términos de los minutos que pasan en cada caso o con cada paciente.
21. Persevera hasta triunfar. Todos los grandes éxitos de tu vida representan un triunfo de la perseverancia. El determinante crítico de tu éxito es tu capacidad para decidir qué quieres, empezar a hacerlo y luego perseverar a través de todos los obstáculos y dificultades hasta alcanzar tus metas. Y la otra cara de la perseverancia es el coraje. Quizás el mayor reto al que te enfrentarás en la vida es la conquista del miedo y el cultivo del hábito del coraje. Winston Churchill escribió: “Se considera, acertadamente, que el coraje es la más importante de las virtudes, porque de ella dependen todas las demás”.
Por otra parte, la cualidad más importante para el éxito es la autodisciplina. Autodisciplina significa que tienes la capacidad, en tu interior, basándote en tu fuerza de carácter y voluntad, de hacer lo que debes hacer y en el momento en que debes hacerlo, tanto si tienes ganas como si no las tienes. El carácter es la capacidad para llevar a término una resolución, una vez que se ha desvanecido el entusiasmo con que se tomó. Lo esencial para tu futuro no es lo que aprendas: es si puedes disciplinarte o no a pagar el precio, una y otra vez, hasta que alcances, finalmente, tú objetivo.
Conclusiones
Una vez que aceptes la total responsabilidad de tu vida y de todo lo que te sucede, crea una imagen ideal de tu propio futuro y aclara tus valores en todos los campos de tu vida. Anótalos. Piensa en cómo actuarías si vivieras en coherencia con esos valores y luego niégate a comprometerlos por ninguna razón. Entonces estarás listo para empezar a fijarte unas metas claras y específicas en todos los aspectos de tu vida. Estarás en la rampa de lanzamiento y listo para despegar hacia las estrellas.
Empieza con un primer propósito claro que sea coherente con todas las demás metas y con tus valores. Elimina tus obstáculos mentales y tus convicciones autolimitadoras, aprende a encontrar soluciones y avanza midiendo tus progresos. Sigue el “principio de realidad” y ve las cosas tal como son. Haz todo lo posible para convertirte en un experto en tu campo y elije las relaciones que quieres tener y que te impulsen a mejorar. No te olvides de revisar, reescribir y visualizar tus metas a diario.
Dedícate a tu objetivo durante un tiempo y, en los momentos de desconexión o relax, el poder de tu mente te hará estar atento a señales que te ayudarán a avanzar de forma inesperada. Permanece flexible en todo momento, dispuesto a cambiar de rumbo o a rectificar si es que estabas equivocado. Haz algo cada día, tanto para avanzar hacia tus metas como para ejercitar tu creatividad y, sobre todo, persevera hasta lograrlo. Hay muchos talentos que se quedan en el camino por no cumplir este aspecto fundamental de la perseverancia y el coraje.
Este libro es una de esas lecturas que no debes dejar de hacer si realmente necesitas una guía para alcanzar tus metas y objetivos.
Bibliografía